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“Jugar un papel activo como personas mayores requiere también defender nuestro derecho a ser cuidados y poder elegir como queremos recibir esos apoyos”

Fuente: Plataforma de Mayores y Pensionistas

Cristina Rodríguez-Porrero.

Cristina Rodríguez-Porrero, presidenta de la Comisión "Hacia una sociedad con personas mayores activas y saludables” de la PMP

Como presidenta de la Comisión “Hacia una sociedad con personas mayores activas y saludables” de la PMP, Cristina Rodríguez-Porrero trabaja por alcanzar el objetivo de una sociedad donde las personas mayores vivan con más calidad de vida, donde participen activamente y contribuyan al dinamismo económico.  Según nos cuenta en esta entrevista, la comisión que preside tiene establecidos en la actualidad cinco ejes de actuación prioritarios: empoderamiento, participación y liderazgo de las personas mayores;  accesibilidad y diseño para todas las personas; formación a lo largo de la vida; tecnología para la vida y entornos amigables; y  transporte, movilidad y turismo.

¿Qué líneas se están llevando a cabo actualmente desde la PMP con el objetivo de promover el envejecimiento activo y saludable?

En primer lugar quiero resaltar que las distintas comisiones perseguimos lo mismos fines para defender los derechos, deseos y dignidad  de las personas mayores, contribuyendo con todos los agentes a conseguir una sociedad mejor en la que vivir en todas las etapas de la vida,  presentes y futuras generaciones. Por ello hay una interacción estrecha entre nuestra comisión y las de Cuidados, Soledad, Sociedad digital, Entorno rural y todas las demás.

Refiriéndonos específicamente a nuestro trabajo, lo primero que debemos resaltar es que el envejecimiento activo en  diversidad de circunstancias está influenciado por condiciones del entorno con el que interactuamos, por ello nuestro papel es conseguir que se proporcionen oportunidades para que seamos parte activa, valorada y respetada de la sociedad, incluso en situaciones de vulnerabilidad. Un ejemplo claro puede ser los avances conseguidos en la consideración de los derechos de los consumidores vulnerables recientemente aprobada.

Dentro de la comisión hemos establecido cinco temas prioritarios: empoderamiento, participación y liderazgo de las personas mayores;  accesibilidad y diseño para todas las personas; formación a lo largo de la vida; tecnología para la vida y entornos amigables; y  transporte, movilidad y turismo. Cada uno de estos temas está coordinado por personas con mucha experiencia y una muy generosa participación.

El envejecimiento de la población es el gran reto demográfico de cara al futuro. ¿Por qué cree que no hay un nivel de concienciación sobre este problema como el que existe, por ejemplo respecto al cambio climático?

Las teorías más avanzadas sobre la ética de los cuidados nos dicen que tenemos que valorar el cuidado como una actitud humana que incluye todo lo que hacemos para mantener, continuar y reparar el mundo de tal manera que podamos vivir en él lo mejor posible. Y ese mundo nos incluye a nosotros y a nuestro entorno con el que interactuamos en toda su complejidad.

Las personas y el entorno tenemos que ser cuidadas, respetadas y valoradas. El cambio climático, el reto demográfico, la digitalización, nos enseñan que tenemos que seguir innovando y buscando mejoras que nos permitan avanzar sin dañar al planeta ni a las personas, y buscar las estrategias necesarias para ello.

¿Qué habría que hacer en ese sentido para que se tomasen medidas más urgentes en cuanto a garantizar una vida activa y saludable a una mayoría de población compuesta por personas mayores?

Para contestar a esta pregunta me voy a remitir a las cuatro áreas de acción del Decenio del Envejecimiento Saludable 2020-2030 de Naciones Unidas: Cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar con respecto a la edad y el envejecimiento; asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores; ofrecer una atención integrada y centrada en las personas; y proporcionar acceso a cuidados a las personas que lo necesiten. Y ello propiciando la participación significativa de las personas mayores y fortaleciendo su liderazgo.

¿Cuáles son las principales carencias en nuestro país en cuanto a políticas de envejecimiento activo?

En el año 2002 durante la Segunda Asamblea Mundial sobre Envejecimiento, celebrada en Madrid, se publicó el documento “Envejecimiento Activo: un marco político”. Han pasado veinte años y hemos percibido muchos cambios, pero queda mucho camino por recorrer. La pandemia de COVID ha puesto de manifiesto muchas lagunas en el disfrute de derechos, en la percepción social sobre  las personas mayores, en la irrupción de la digitalización sin periodos de transición dejando fuera a muchas personas y las situaciones económicas que ponen en riesgo continuamente nuestro bienestar y el de las generaciones más jóvenes.

Uno de los objetivos principales de la PMP es precisamente aunar fuerzas logrando una mayor y más cohesionada representación de personas mayores para contribuir con todos los agentes a mejorar la sociedad en tiempos de incertidumbres y grandes cambios.

¿Qué diferencias se perciben entre España y otros países del entorno europeo en cuanto a estas políticas?

En Europa tenemos problemas similares, hay ventajas por ejemplo en cómo se han llevado la transformación de entornos residenciales más hogareños y centrados en la persona en países del norte de Europa. En España hemos avanzado mucho en accesibilidad, pero como señalan los seguimientos  en el cumplimiento de  la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad, en todos los países hay lagunas e incumplimientos sobre los que seguir trabajando. La Convención sobre los Derechos de Personas Mayores ayudaría a ser un marco de referencia y de cumplimento de estas políticas, por lo que apoyamos su puesta en marcha.

¿Cómo impulsar el envejecimiento activo en el entorno rural?

Los derechos de las personas no acaban con la edad ni con el entorno en el que viven. Pero hay situaciones que requieren una mayor atención, como son las mujeres y hombres que envejecen en zonas rurales. Los servicios no llegan tan fácilmente y los que hasta ahora existían pueden desaparecer bajo duras premisas de falta de rentabilidad, dejando a las personas en situación de dependencia de otros familiares o vecinos, como hemos visto que está pasando con entidades bancarias, sanitarias, administrativas o de transporte. Sus derechos tienen que ser disfrutados en igualdad de condiciones, su voz tiene que ser escuchada y su liderazgo y participación facilitada. En la reuniones mantenidas con la PMP y agentes responsables de banca, de infraestructuras o de sociedad digital, las personas mayores en entornos rurales son siempre resaltadas y su especificidad puesta en conocimiento.

Para facilitar la participación de personas mayores en la mejora de sus entornos, la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las personas mayores, presenta una muy buena oportunidad para intercambiar buenas prácticas. Las Asociaciones de Personas mayores en entornos rurales también deben jugar un papel facilitador y ser apoyadas desde las administraciones con el fin de que cumplan este importante cometido. Las propias administraciones tienen gran responsabilidad asegurando la participación activa y significativa de las personas mayores, junto con otros grupos de edad, en la mejora de la vida de las personas y de los entornos en los que viven y se relacionan.

La sostenibilidad del planeta exige cuidar los entornos rurales y los urbanos sin dejar atrás los derechos, dignidad y bienestar de las personas en todas las etapas de su vida.

¿Está en la actualidad en la agenda política de nuestro país? ¿Desde la PMP se percibe voluntad por parte de las administraciones de afrontar cambios que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de las personas mayores?

Desde la PMP y desde las asociaciones vinculadas queremos apoyar y facilitar a las administraciones para que  cumplan con éxito  el papel que tienen encomendado, representando a un sector de la población muy heterogéneo y con implicaciones en todas las esferas de la vida. En las reuniones hasta ahora mantenidas hemos percibido muy buena acogida e interés en tener en cuenta la visión de las personas mayores y de las personas con discapacidad mayores, en algunos casos con actuaciones y soluciones ya conseguidas y en otros estando pendientes de resolución. También estamos a la espera de algunas reuniones solicitadas.  Estar unidos y coordinados el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad y la Plataforma de Mayores y Pensionistas supone una gran fuerza y coherencia representativa que esperamos sea provechosa y útil para avanzar en derechos y dignidad con beneficios para toda la sociedad.

¿Qué papel debe jugar la economía social y de los cuidados? ¿Cómo se puede potenciar este sector para que sea más eficaz en su contribución al envejecimiento activo?

Desde que nacemos somos dependientes del cuidado de otros. La vulnerabilidad es una condición del ser humano en cuanto tal y también existe vulnerabilidad generada por el medio, o las condiciones de vida.     El envejecimiento activo y saludable no supone quitar recursos a cuidados como a veces se ha malinterpretado. Jugar un papel activo como personas mayores requiere también defender nuestro derecho a ser cuidados y poder elegir como queremos recibir esos apoyos. Avanzamos para que se tenga en cuenta la trayectoria vital de la persona a la que se presta apoyo, para que la atención esté centrada el persona, que la persona sea el núcleo de intervención y de decisión, que se respeten derechos, voluntad, dignidad y preferencias. Defendemos que el concepto de autonomía está ligado al de vulnerabilidad y que hay que facilitar apoyos para adoptar las decisiones propias y ser protagonistas de nuestras vidas. Incluso en caso de no poder manifestar la voluntad y no exista información sobre los deseos de la persona, aun así hay historia de vida, trayectoria vital, creencias y valores que ayudan a tomar la decisión que la propia persona hubiera adoptado. Respetar y hacer realidad estas elecciones en caso de vulnerabilidad es algo que hay que conseguir, y nuestros derechos tienen que estar protegidos.

También hay que tener en cuenta que muchas personas mayores, y en gran mayoría  mujeres, son cuidadoras, y que también su voz tiene que ser escuchada, sus derechos salvaguardados, su bienestar apoyado, y el peso del cuidado mejor repartido reconociendo la implicación en la responsabilidad de todos los agentes sociales y comunitarios, aportando recursos adecuados y suficientes.

El Día de Internet de este año ha puesto el foco en cómo la tecnología puede contribuir al envejecimiento activo, pero al mismo tiempo existe una brecha digital importante que afecta a su acceso por parte de las  personas mayores y personas con discapacidad mayores ¿Cómo se puede acelerar este proceso para que se van beneficiadas de ello?

 En este tema hemos estado muy activos y coordinados desde  la comisión de brecha digital, desde esta comisión y la dirección y secretaria de la PMP, manteniendo encuentros múltiples con distintos ministerios (Consumo, Política Territorial, Asuntos Económicos y Transformación Digital….) con responsables de la banca,  de infraestructuras y servicios como Adif y con otros agentes. Hemos apoyado el movimiento en redes sociales de Carlos San Juan , médico jubilado en Valencia, con el lema “somos mayores pero no idiotas”, reclamando una atención más digna de las entidades bancarias. Hemos realizado numerosos informes sobre el tema, lo que está comenzando a dar algunos frutos aún insuficientes, pero que han abierto una vía de dialogo y entendimiento.

Las personas mayores no estamos en contra de los avances digitales, ya que sabemos que pueden ser beneficiosos en nuestra vida, pero defendemos que el  impulso a la digitalización ha de hacerse de forma respetuosa con los derechos individuales y colectivos y para ello es necesaria una interlocución con las personas mayores como grupo poblacional más afectado.

Resumiendo mucho la contestación a la pregunta de cómo se puede acelerar el proceso digital para  que las personas mayores se beneficien de ello, señalaría tres “A”: Accesibilidad y diseño amigable, entendible y reconocible en la interacción digital; Alternativas no digitales en periodo de transición; y Aprendizaje para adquirir competencias digitales que sirvan para acostumbrarse y familiarizarse con estos nuevos procesos, diseñado desde los intereses y situaciones de las personas mayores destinatarias.

Otros ejes de actuación de esta comisión es ser propositivos en los temas relacionados con  ciudades inteligentes y con la  inteligencia artificial.