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“Contamos con la generación de mujeres rurales más preparadas de la historia”
Fuente: Plataforma de Mayores y Pensionistas

Carmen Quintanilla, presidenta de AFAMMER y comisionada de Personas Mayores y Mundo Rural de la PMP
Con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, que se conmemora cada 15 de octubre, la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), ha lanzado un manifiesto bajo el lema “Las mujeres rurales construimos el futuro”, para celebrar y reivindicar a este grupo de población, que supone un tercio de la población mundial y un 43% de la mano de obra agrícola.
Carmen Quintanilla Barba, presidenta de AFAMMER y comisionada de Personas Mayores y Mundo Rural de la PMP, pone de manifiesto en esta entrevista los principales desafíos y necesidades que enfrentan las mujeres, especialmente las mujeres mayores, en el entorno rural y las medidas más urgentes que es necesario emprender.
En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, ¿cuáles consideras que son los principales desafíos que enfrenta este grupo de población?
Las mujeres rurales enfrentan múltiples desafíos, unos desafíos que se agravan a medida que se hacen más mayores.
Los principales retos que enfrentan las mujeres rurales están relacionados con la desigualdad de género, la falta de servicios básicos e infraestructuras que agravan todavía más la despoblación que acusan las zonas rurales, y en especial la ausencia de jóvenes.
Como decía, uno de los principales retos es la falta de acceso a servicios esenciales como centros de salud, educación y transporte: el 35% de los hogares de menos de 10.000 habitantes tan solo tienen acceso a un servicio público.
Por otra parte, España es el segundo país de Europa con la tasa de desempleo femenino rural más alta. Esto se debe, entre otros factores, a la falta de empleo en las zonas rurales y a la enorme brecha en materia de conciliación y corresponsabilidad, que se agudiza en los pequeños municipios. Según datos recientes, las mujeres rurales dedican de 2 horas y 7 minutos más al día que los hombres al cuidado del hogar y las personas dependientes.
Un handicap más que les dificulta poder conciliar su vida laboral, personal y familiar.
Las altas tasas desempleo femenino rural, contribuyen a su exclusión económica y a una brecha de género en las pensiones, que acutalmente en España es de 501 euros de diferencia entre hombres y mujeres.
De nuevo, en el manifiesto de este año, acabar con la soledad no deseada sigue siendo una de las principales reivindicaciones de AFAMMER en el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Como señalamos, la soledad no deseada en la mayoría de los casos, tienen nombre de mujer y es especialmente patente en las que residen en pequeños municipios debido a que la ausencia generalizada de jóvenes en las zonas rurales agrava este problema, ya que las redes familiares y de apoyo son cada vez más escasas.
Por ello, es urgente impulsar políticas públicas que aborden esta soledad no deseada, promoviendo un envejecimiento activo y proporcionando el apoyo necesario para que estas mujeres no se vean obligadas a vivir sus últimos años en aislamiento.
Finalmente, es crucial abordar la despoblación. La marcha de los jóvenes hacia las ciudades deja a las mujeres mayores en situaciones de aislamiento, sin apoyo cercano y sin oportunidades para participar activamente en la sociedad. El éxodo de jóvenes no solo afecta el desarrollo económico de las zonas rurales, sino que también limita las redes de apoyo intergeneracional, fundamentales para el bienestar de las mujeres mayores.
En resumen, los principales desafíos que enfrentan las mujeres rurales son estructurales y requieren de un enfoque integral, que contemple políticas de igualdad, mejor acceso a los servicios básicos, apoyo a la conciliación familiar, y un esfuerzo coordinado para combatir la soledad no deseada y la despoblación.
¿Cómo ha evolucionado el papel de las mujeres rurales en la sociedad española en las últimas décadas?
La evolución de las mujeres rurales ha sido notable, desde que AFAMMER naciera en el año 1982 como la primera organización de España y del mundo en liderar el movimiento asociativo de mujeres y familias rurales.
Cuando AFAMMER nació no se hablaba de nuestros pueblos, y mucho menos de las mujeres que viven en ellos. La mujer rural era invisible, y hoy, gracias a nuestro trabajo la mujer rural ya no es invisible.
No era fácil pero lo hemos conseguido: hoy la mujeres rurales forman parte de la agenda social, mediática y política a nivel nacional e internacional.
Durante la IV Conferencia Mundial de la Mujer celebrada en Beijing en la que AFAMMER estuvo presente junto a otras asociaciones, conseguimos que se declarara un Día Internacional para conmemorar a las mujeres rurales del mundo.
Ese fue un gran paso adelante que nos ha permitido dar otros grandes pasos. Por ejemplo, en España conseguimos visibilizar el trabajo de las mujeres colaboradoras en la explotaciones agrícolas y familiares con la aprobación de la Ley de Titularidad Compartida de Explotaciones Agrarias, aprobada en 2011, marcó un antes y un después. Fue un logro por el que llevábamos años trabajando, y permitió que muchas mujeres rurales obtuvieran el reconocimiento legal que tanto necesitaban. Aunque todavía queda por avanzar en su aplicación, fue un gran paso hacia la igualdad y yo tuve el honor de ser ponente de esta importante ley en mi calidad de parlamentaria en el Congreso de los Diputados, cargo que por entonces ostentaba.
Hoy miro con orgullo a las nuevas generaciones de mujeres rurales ya que hoy contamos con la generación de mujeres rurales mejor preparadas de la historia. Mujeres formadas, empoderadas y listas para liderar el cambio en sus pueblos.
Muchas de ellas son hijas y nietas de socias de AFAMMER, aquellas pioneras que no tuvieron las oportunidades que ellas tienen ahora, pero que lucharon para que su descendencia pudiera disfrutar de un futuro mejor.
A lo largo de mis años al frente de AFAMMER, he tenido el privilegio de conocer a mujeres extraordinarias que han roto estigmas y barreras, y me llena de satisfacción ver cómo las mujeres jóvenes se acercan para agradecer la labor que hemos realizado. Sin embargo, a pesar de estos avances, todavía son muchas las mujeres que enfrentan obstáculos importantes.
Las mujeres rurales continúan cargando con la mayor parte del cuidado de los mayores y de los dependientes, lo que limita su capacidad de trabajar y participar plenamente en la vida pública.
Además, dos de cada tres personas que se marchan del campo a la ciudad son mujeres, que lo hacen ante la falta de oportunidades.
Por eso, desde AFAMMER seguimos luchando para garantizar que todas las mujeres rurales tengan acceso a los servicios públicos y las infraestructuras necesarias para vivir en igualdad de condiciones, independientemente del tamaño del municipio en el que residen. Queremos que nuestros pueblos sigan vivos y llenos de oportunidades, y para lograrlo, es necesario un compromiso social e institucional más fuerte.
Como siempre decimos, seguimos sembrando futuro, cosechando sueños. El papel de las mujeres rurales ha evolucionado mucho, pero aún queda mucho por hacer. Juntas, lo haremos realidad.
¿Existen suficientes estudios y datos concretos sobre las mujeres mayores en el mundo rural o están invisibilizadas? ¿cuál es la situación y necesidades de este grupo de población?
Contamos con algunos estudios que arrojan luz sobre su situación, pero no son suficientes. Las mujeres mayores rurales siguen estando en gran medida, invisibilizadas.
Necesitamos más estudios sobre mujer mayor en el medio rural con un enfoque integral, que contemplen la intersección entre el género, la edad y el entorno rural.
En cuanto a la situación y necesidades de este grupo de población, la realidad de estas mujeres es paradójica. Por un lado, han sido el pilar fundamental de nuestros pueblos, pues ellas han sostenido a las familias y la economía local con su esfuerzo y sacrificio.
Pero, por otro lado, a menudo se las deja fuera de las políticas públicas y no se les reconoce como un grupo específico con necesidades propias. Las mujeres mayores rurales no solo viven más tiempo, sino que, en muchos casos, lo hacen en peores condiciones que los hombres. Sufren una mayor soledad no deseada, menor acceso a servicios, y enfrentan la brecha de género en las pensiones, que las deja con recursos económicos más limitados.
Además, estas mujeres son más propensas a sufrir enfermedades crónicas, como la artritis o la fibromialgia, y aunque viven más años que los hombres, esos años los pasan, a menudo, en peores condiciones de salud
Es urgente que se realicen más estudios y que se diseñen políticas públicas específicas que aborden sus necesidades. Necesitan un mejor acceso a servicios médicos, mayor apoyo para enfrentar la soledad, y un compromiso más fuerte para cerrar la brecha de género en las pensiones. También es fundamental facilitarles el acceso a tecnologías que les permitan estar conectadas y acceder a recursos que de otro modo serían inaccesibles.
¿Cuáles han sido los logros más significativos de AFAMMER en los últimos años en apoyo de las mujeres rurales?
AFAMMER ha conseguido avances significativos en apoyo de las mujeres rurales. Para empezar, hemos puesto de moda ser de pueblo, algo que antes era un estigma.
Así mismo, hemos llevado la voz de las mujeres rurales en foros nacionales e internacionales. Hoy la mujer rural ya no es invisible porque hemos llevado su voz a gobiernos, parlamentos y organismos internacionales como el Parlamento Europeo o las Naciones Unidas, donde contamos con Estatus Consultivo Especial en el Consejo Jurídico de la Mujer.
Fuimos pioneras en acercar la formación para el empleo a los municipios rurales. Una formación a la carta en sectores de diversificación económica en el medio rural que las ha permitido formarse sin salir de sus pueblos. Hoy muchas de estas mujeres han encontrado empleo y han creado el suyo.
Cuando yo fundé AFAMMER no hubiera llegado a pensar que hoy más del 56% de los alojamientos rurales estén liderados por mujeres. Muchas de ellas, son alumnas de AFAMMER que lo han hecho tras formarse con nosotras.
Otro aspecto clave ha sido la lucha contra la brecha digital. AFAMMER trabaja activamente para reducir el acceso y alfabetizar a la población rural, especialmente a las personas mayores que residen en zonas rurales facilitando el acceso a las nuevas tecnologías y desarrollando iniciativas para que las mujeres rurales puedan aprovechar las oportunidades que ofrece el mundo digital.
Durante nuestros 42 años de vida hemos recibido numerosos e importantes reconocimientos, como el Premio a la Solidaridad Civil otorgado por el Comité Económico y Social Europeo (CESE) en 2020, que destacó nuestra contribución durante la pandemia mediante la Gran Red Rural Solidaria que creamos a lo largo y ancho de las zonas rurales de España para ayudar a las personas más vulnerables durante la COVID, y por supuesto prestamos una especial atención a nuestros mayores rurales que eran los más vulnerables.
También fue distinguida en el TOP 5 por el Comité de Mujeres de Distinción de Naciones Unidas en el año 2018, en reconocimiento al trabajo que realizamos desde AFAMMER como organización pionera en el mundo en luchar por la igualdad de oportunidades en las zonas rurales.
Además, se ha reconocido nuestro papel en la erradicación de la violencia de género en entornos rurales con el Premio del Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial en el año 2011 o la Cruz al Mérito con distintivo Blanco que tuve el honor de recibir de manos de la Guardia Civil en 2023, entre otros reconocimientos al trabajo que venimos realizando desde 1982.
Así mismo, hemos colocado en el mapa a muchas mujeres emprendedoras que han creado un empleo estable para ellas y han creado riqueza en sus municipios y comarcas.
¿Cuáles son las actuales líneas de acción y proyectos de AFAMMER?
Por tercer año consecutivo, desarrollamos el programa “Conecta en Rural”, cuyo objetivo es dotar de competencias digitales a las mujeres en las zonas rurales y promover la igualdad de oportunidades para que niñas y jóvenes rurales puedan acceder a carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Actualmente, se están realizando talleres sobre herramientas digitales hoy en tendencia como por ejemplo, Canva, y cómo colaborar en entornos virtuales de trabajo, con el fin de seguir ampliando sus conocimientos en el entorno digital.
Gracias al apoyo de la Fundación Mapfre, seguimos impulsando el programa Cuida Rural+, una iniciativa que capacita a personas de zonas rurales en atención sociosanitaria tanto a domicilio como en instituciones sociales. Este programa tiene como objetivo mejorar las competencias en el ámbito de los cuidados, generando oportunidades laborales para mujeres en territorios rurales.
Este año también hemos puesto en marcha el Programa Plurirregional de Formación Gratuita, destinado a mujeres de zonas rurales. Este programa abarca diversas áreas formativas, como la fabricación y elaboración de productos vegetales, marketing digital y redes sociales para empresas rurales, dinamización ecoturística, elaboración artesanal de quesos, y la gestión eficiente de recursos naturales. Además, se incluyen cursos sobre la transformación de castañas y la valorización de subproductos alimentarios, promoviendo el uso sostenible de los recursos rurales.
Además, acabamos de lanzar el proyecto "Raíces para crecer: construyendo comunidades rurales libres de violencia contra las mujeres", cuyo objetivo es crear una sociedad rural consciente y activa en la lucha contra la violencia machista. Este programa incluye una campaña de sensibilización denominada “Sociedad Rural Libre de Violencia Machista: STOP Violencia contra Mujeres Rurales”, destinada a promover el rechazo de cualquier forma de violencia contra las mujeres. También realizaremos coloquios de sensibilización en municipios rurales, donde invitaremos a actores locales para fomentar la cooperación y sensibilización sobre la violencia machista, promoviendo el empoderamiento de las mujeres y adolescentes rurales.
A través de estos programas, AFAMMER sigue comprometida con la igualdad de oportunidades, la formación y el empoderamiento de las mujeres rurales, mejorando sus competencias y generando nuevas oportunidades en sus pueblos. Nuestro objetivo es seguir impulsando proyectos que permitan a las mujeres rurales acceder a empleos dignos, aprovechar las oportunidades del entorno digital y contribuir al desarrollo sostenible de sus comunidades.
Como comisionada de Personas Mayores y Mundo Rural de la PMP ¿qué acciones específicas crees que son necesarias para mejorar la calidad de vida de las personas mayores que viven en zonas rurales?
Considero que es esencial centrarse en acciones directas que respondan a las necesidades particulares de los mayores que viven en pueblos. En primer lugar, debemos priorizar el refuerzo de los servicios de atención a domicilio, ya que muchos mayores en zonas rurales enfrentan dificultades de movilidad que les impiden acceder a servicios fuera de sus hogares. Además, debemos promover la creación de redes de apoyo comunitario, donde la solidaridad entre vecinos juegue un papel fundamental para evitar el aislamiento social.
Otro punto importante es fomentar la participación activa de los mayores en la vida social y cultural de sus pueblos, creando espacios y actividades intergeneracionales que les permitan mantenerse conectados con su entorno. Este tipo de iniciativas no solo mejora su bienestar emocional, sino que también ayuda a preservar la riqueza cultural de las zonas rurales. También es crucial facilitar el acceso a la tecnología, proporcionando formación específica para que puedan usar herramientas digitales que les permitan comunicarse, informarse y acceder a servicios de manera remota.
¿Cómo pueden las políticas públicas contribuir a mejorar el bienestar de las personas mayores en las zonas rurales?
Las políticas públicas pueden mejorar significativamente el bienestar de las personas mayores en zonas rurales si se diseñan teniendo en cuenta las particularidades de estos territorios. Para empezar, es necesario mejorar el acceso a los servicios esenciales. Esto incluye una mayor inversión en infraestructuras sanitarias, reforzando los centros de salud rurales y garantizando que los mayores reciban atención médica de calidad sin tener que recorrer largas distancias. También es clave que estas políticas públicas fomenten la telemedicina, como una forma de proporcionar atención accesible y eficiente a los mayores.
Otra medida imprescindible es el desarrollo de políticas de transporte público adaptadas a las zonas rurales. Muchas personas mayores enfrentan serias dificultades para desplazarse a otras localidades para hacer uso de servicios esenciales o participar en actividades sociales. Finalmente, las políticas públicas deben centrarse en la prevención de la soledad no deseada, facilitando programas que fomenten la interacción social y promuevan el envejecimiento activo, brindando a los mayores oportunidades para mantenerse integrados en la vida social y económica de sus pueblos.
¿Qué papel juegan las personas mayores en la transmisión de conocimientos y tradiciones en las comunidades rurales?
Las personas mayores son los transmisores de un legado cultural y social que enriquece a las generaciones presentes y futuras, garantizando que la historia y las tradiciones de los pueblos no se pierdan.
Son la memoria viva de los pueblos, guardianes de costumbres, valores y saberes que, a menudo, han sido transmitidos de generación en generación. Este legado cultural incluye no solo conocimientos sobre la tierra, la agricultura o las prácticas artesanales, sino también historias, mitos y ritos que forman parte de la identidad colectiva de las zonas rurales.
Su rol es fundamental para mantener el vínculo con las raíces y el pasado, ofreciendo a las nuevas generaciones una comprensión más profunda de sus comunidades. A través de su experiencia y sabiduría enseñan a los más jóvenes valores como la solidaridad, el respeto por la naturaleza y la importancia de la vida en comunidad. Estos conocimientos son claves para el desarrollo sostenible de las zonas rurales.
La brecha digital y la exclusión financiera son problemas que se hacen más evidentes entre la población mayor en las zonas rurales. ¿Qué medidas crees que son necesarias para paliar esta situación?
Las medidas deben centrarse en asegurar una atención presencial bancaria adaptada a las personas mayores y garantizar que puedan seguir usando el dinero en efectivo de manera accesible y sencilla.
Muchos mayores tienen dificultades para usar los cajeros automáticos o realizar gestiones digitales debido a sus limitadas habilidades tecnológicas, y es poco realista pensar que podrán adaptarse completamente a la banca digital en esta etapa de su vida.
Es fundamental que las entidades bancarias garanticen una atención presencial adecuada y comprensiva con las necesidades de los mayores, tanto en oficinas como a través de servicios móviles que lleguen a los pueblos más pequeños. Los horarios de atención deben ser más flexibles y se debe proporcionar asistencia para gestiones básicas, como sacar dinero en efectivo, que es crucial para su día a día. Como he dicho en otras ocasiones, “una sociedad rural sin acceso al dinero en efectivo rompe con el principio de igualdad”.
Manifiesto AFAMMER por el Día Internacional de la Mujer Rural
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