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“No vamos a estar callados ante un país que crece y no acaba de repartir bien ese crecimiento”

Fuente: Cermi.es

Ángel Rodríguez Castedo, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas

Ángel Rodríguez Castedo, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas

Cuando hablamos de mayores, hablamos de vida, de las diferencias entre generaciones y de los espacios compartidos o de cómo disfrutar ese tiempo de envejecimiento ganado a pulso. La plataforma de mayores, creada recientemente para unir en una sola voz la de millones de personas, quiere hablar también de cómo los poderes públicos deben respaldar ese periodo jubilar y de cómo se debe distribuir la riqueza en un país para lograr un envejecimiento digno en un mundo mejor.

- El hecho de ser mayor, de estar jubilado, ¿de qué manera se interpreta actualmente? ¿Cómo ha cambiado esa mirada hacia las personas mayores?

Antes la gente se jubilaba a los 65 años y le quedaban de media 7 u 8 años de vida, pero ahora gracias a una mejor alimentación, trabajos menos penosos, costumbres y viviendas más adaptadas y confortables, el periodo de envejecimiento sigue aumentando y cuando se llega a la jubilación, a los 65 o los 67 años con la reforma, a la misma persona le cuesta llamarse jubilado, mayor, o viejo, que es una palabra bonita en el fondo pero que tiene un componente negativo. La gente llega a mayor con la sensación de que la vida continúa, de que va a poder seguir participando en actividades sociales, viajando, montando en bici, que le espera un horizonte de vida plena con más tiempo para relacionarse también a nivel familiar, en un momento en el que, además, la presencia de los nietos proporciona una gran riqueza al mayor, de la misma manera que a la familia le beneficia muy a menudo esa transmisión de conocimientos, afectos y apoyo económico. Las personas mayores actualmente se encuentran activas y quieren que se cuente con ellos, que sus problemas estén en la agenda pública.

- ¿Esa ha sido la razón que ha impulsado a la creación de la plataforma de mayores?

La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) nace de la confluencia de las grandes organizaciones de mayores y tiene delante el proyecto y ejemplo, que resultó ser de éxito, del CERMI, de la confluencia, que es esencial para facilitar la interlocución social y desarrollar el necesario diálogo civil con los poderes públicos y otras organizaciones sociales. La fuerza que te pueda dar una voz que representa a cerca de 10 millones de personas ante un proyecto de ley, un tema de salud, cualquier medida o exclusión, como la bancaria, obviamente interpela más y facilita a su vez la interlocución al interpelado.

- ¿Dónde quieren llevar esa voz? ¿En qué punto se han sentido las personas mayores excluidas de la sociedad?

La exclusión ahora está muy presente en lo que se ha producido con el cierre de las sucursales bancarias y esta exclusión financiera es un ejemplo de cómo una persona se siente, ya no excluido, sino humillado, la gente se siente inútil y ante una máquina que no sabe cómo manejar, tiene tanto miedo a cometer un error y meter un código erróneo… Esta exclusión es obvia y está puesta en valor hoy porque detrás de los bancos, lo que tienen la mayoría de los mayores es la pensión, que les permite ser alguien, sentirse alguien, con capacidad de comprar una cosa, hacer frente a unos gastos determinados, comprar un juguete a su nieto, hacer un viaje con amigos, manejar sus recursos.

- ¿Y cómo está funcionando la plataforma y sus demandas? ¿Se sienten escuchados y reconocidos en los primeros pasos que han dado?

Está yendo bien; el año 2021 fue un año de organización interna, de estatutos, de comisiones de trabajo, de elaboración de un documento sobre cuáles son nuestros retos programáticos. El comienzo oficial viene a partir de la presentación en el Senado donde lanzamos los objetivos y proyectos, que son: pensiones, cuidados, residentes, salud, envejecimiento activo, derechos de los mayores, soledad no deseada… En definitiva, el envejecimiento como elemento a poner delante de la ciudadanía y los poderes públicos, para no hablar solo de que en 2030 vamos a ser el 24% de la población y en 2050 el 32%, sino cómo se prepara la economía de un país y sus instituciones para cuando las nuevas cohortes de mayores vayan llegando.

- Es una cuestión que se conoce desde hace tiempo y que requiere de planificación. ¿Se han quedado estas reclamaciones a la sombra de otras que sí están de actualidad?

Tenemos el cambio climático y parece ser que ahí están todos los recursos y las preocupaciones, y a todos nos parece muy bien salvar el planeta, pero también debe parecernos bien salvar a los que vivimos en el plantea y por lo tanto el foco se tiene que poner también en el proceso de envejecimiento de la población y en distribuir los recursos para esta finalidad. Por eso, uno de los temas que quiero que aporte la plataforma es un rincón de silencio y de reflexión serena, profunda, y propositiva para el conjunto de la sociedad. Queremos organizar un par de reuniones al año para diseñar, discutir futuro, con bagaje, reflexionar en silencio, apartándonos de ese ruido actual.

- ¿Qué temas quieren trasladar a ese rincón de reflexión?

Primero el propio envejecimiento, las pensiones y su adecuación a las necesidades, de dónde van a salir los recursos... La redistribución de la riqueza será el debate, no solo para pensiones, también para sanidad, por ejemplo. Un país crece y tiene que redistribuir la riqueza generada de forma justa y tenemos una fiscalidad patética. Para el sistema de pensiones aportamos en torno a 12 puntos de PIB, pero la media europea es de 14, y los países referenciales como Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, tienen en torno al 15%, con lo cual ahí tenemos un colchón de dos puntos o dos puntos y medio, y estaríamos hablando de 36 mil millones más al año. Si hubiese una redistribución, no necesariamente revolucionaria, podríamos no solamente mantener las pensiones sino incrementarlas.

- Es difícil establecer una prioridad entre todos los temas que deben abordar, pero ¿cuál sería el más inmediato?

El tema de pensiones es el que tenemos entre manos porque se une la creación de la plataforma con el debate de la reforma de las pensiones, que hacía unos diez años que no se trataba y había un descenso gradual en el poder adquisitivo. Hablamos con la Comisión del Pacto de Toledo y algo contribuimos, al menos al estimar la reforma y decir que ya era hora porque si el PIB y el país crece, parte de esa riqueza debe trasladarse a las pensiones, y a subir las mínimas, que son muy bajas en nuestro país y no permiten una vida digna a muchísima gente, sobre todo a las mujeres.

- ¿Qué papel juegan las mujeres en esta plataforma de mayores?

Es de los debates que más me gustan porque está muy unido además a la ley de dependencia y autonomía personal y porque si se pagase en euros el trabajo que hacen las mujeres, estaríamos hablando de cientos de miles de millones de euros. Las mujeres tienen una vida activa, de cotización, muchísimo menor que los hombres, porque toda su vida fue para cuidar de los hijos, de los abuelos, de los enfermos en la familia y no hay integración laboral. Una de las cosas que vamos a plantear desde la plataforma, aunque es un tema complejo y difícil, es estudiar la compensación en pensión de futuro al trabajo callado, silencioso de miles y miles de madres, hermanas y esposas; aquí no hubo cotización porque hubo un trabajo que no se pagaba, pero sin hacer ese trabajo, sus maridos y sus hijos no podrían trabajar.

Las mujeres están ocultas, olvidadas, y vamos a estar muy pegados a los acuerdos que se hagan en el Pacto de Toledo, somos partidarios del diálogo social, todo lo que se pacte va a ser lo que defendamos, no vamos a estar en la protesta por la protesta, pero tampoco vamos a estar callados ante un país que crece y no acaba de repartir bien el crecimiento.

- ¿Cuáles serían entonces los ejes básicos del trabajo de la plataforma de mayores?

Pensiones, salud y dependencia. En cuanto a la ley de dependencia y autonomía personal, que estaba condenada casi a la desaparición, ahora hay un impulso económico y una voluntad de hacer las cosas mejor y además hay cientos de miles de puestos de trabajo; somos un país con un paro estructural de un 14%, mientras Portugal, que está ahí al lado, tiene un 7%, pero es porque no tenemos trabajos para el cuarto pilar del estado de bienestar, que son los cuidados, que nosotros se los empaquetamos a nuestras madres, nuestras hijas y hermanas y eso hay que profesionalizarlo, dignificarlo y pagarlo bien porque otro tema es, ¿cómo van a pensar los jóvenes, por ejemplo, en tener hijos con un salario de 1000 euros? Ese cinismo social hay que ponerlo delante de los medios y proclamar que sin natalidad los países mueren y nuestro país la tiene en el 1,1 y la tasa de reposición es de 2,1, vamos camino de …

Y hablaremos de la salud, porque nos habíamos creído que la mejor sanidad del mundo era la nuestra y ahí están los datos del INE: 700.000 personas en lista de espera antes de la pandemia, y después de pandemia más del millón; muchas se van a morir por no ser diagnosticada de un cáncer a tiempo; esto es cruel y se han perdido 70.000 puestos de trabajo en la sanidad pública, no se han repuesto, y así está la presión a la que están sometidos los profesionales, y hay que pagarles bien y contratar a más gente, que hay muchas personas en el desempleo y hay mucha necesidad … Ese va a ser otro de los gritos educados pero que se oirán desde la plataforma. Y también trataremos la soledad no deseada, que es un tema que clama al cielo.

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