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Solidaridad entre generaciones, el legado que dejó la DANA

Fuente: Las Provincias

Sacramento Pinazo-Hernandis

Sacramento Pinazo-Hernandis

Si algo hemos podido ver estos días en las muchas imágenes y vídeos que se han comparado en las redes es que la suma de las generaciones siempre es necesaria y mejor. La generación mal llamada “de cristal” ha mostrado ser de oro, prestando ayuda a los más afectados. A su lado, las generaciones mayores y otras, con su trabajo, sabiduría y experiencia, han confirmado que el trabajo conjunto es fundamental. La construcción de una Sociedad para todas las Edades —concepto promovido por la Comisión Económica para Europa de la ONU, UNECE— invita a valorar el aporte de todas las generaciones en los desafíos comunitarios siendo clave para enfrentar adversidades. 

Las recientes inundaciones en la comarca de l’Horta Sud (Valencia) han revelado la urgencia de un enfoque comunitario e intergeneracional para enfrentar y superar los efectos de una catástrofe. La participación de todas las edades en la recuperación no solo brinda apoyo material sino también emocional y social. Al unir a jóvenes y mayores en el proceso de reconstrucción no solo se aceleran las soluciones, sino que también se fortalecen los lazos sociales que permiten a la comunidad emerger con mayor resiliencia y cohesión. La solidaridad entre generaciones va más allá del simple apoyo económico o material. Representa un intercambio recíproco de experiencias, conocimientos y valores que genera empatía y comprensión mutua. Este vínculo entre jóvenes y mayores no solo reduce prejuicios, sino que permite a ambas generaciones aportar sus fortalezas: innovación, energía, sabiduría y perspectiva. Los estudios señalan que las sociedades que promueven la integración intergeneracional son más justas, resilientes y están mejor equipadas para enfrentar los retos globales. En momentos de crisis como los vividos en l’Horta Sud, la colaboración entre jóvenes y mayores es esencial. Este proceso, que involucra la ayuda mutua y el fortalecimiento de los lazos vecinales, genera un entorno de confianza que acelera la recuperación tanto emocional como Física de la comunidad. 

Uno de los valores más significativos en una comunidad que busca cohesionarse y enfrentar adversidades es la “buena vecindad”. En l’Horta Sud, la buena vecindad, ha sido esencial para la creación de redes de apoyo mutuo para afrontar la crisis con un enfoque comunitario. 

Las personas mayores y las jóvenes juntas, con su compromiso social y participación en labores de voluntariado enriquecen las dinámicas comunitarias. En l’Horta Sud, las personas mayores no solo aportan su experiencia, sino que también se comprometen cada día como voluntarios, brindando apoyo emocional y ayudando en tareas prácticas. Esta presencia activa refuerza la cohesión social y transmite enseñanzas sobre resiliencia, adaptación y solidaridad a las generaciones más jóvenes.

La reconstrucción de l’Horta Sud no solo implicará reparar viviendas e infraestructuras sino también revitalizar la economía local de manera inclusiva. La participación activa de los mayores en proyectos de rehabilitación es crucial para una recuperación más rápida y eficaz. Incorporar su experiencia en la gestión de crisis y organización comunitaria contribuye a una recuperación más sólida, que beneficia a toda la sociedad y alivia la presión sobre los sistemas de bienestar social. En este sentido, los planes de rehabilitación deben diseñarse bajo principios de accesibilidad universal y sostenibilidad. Crear una infraestructura adaptada para todas las edades, con espacios públicos accesibles que fomenten la interacción, es fundamental para lograr una comunidad cohesionada y resiliente. Además, estos principios ayudan a prevenir futuras catástrofes mediante infraestructuras que puedan resistir fenómenos climáticos extremos, cada vez más frecuentes debido al cambio climático.

Adoptar un enfoque intergeneracional en la reconstrucción de l’Horta Sud no solo beneficia a los directamente afectados por la catástrofe, sino que también contribuye a fortalecer la cohesión social a largo plazo. Informes como el de la Alianza Internacional de Ciudades y Regiones para la Solidaridad Intergeneracional subrayan que el trabajo conjunto entre generaciones fomenta la unidad y reduce la fractura generacional, haciendo de la comunidad un espacio más fuerte y preparado para futuras crisis. 

Para que la reconstrucción de l’Horta Sud sea eficaz se requiere una acción coordinada entre distintos niveles de gobierno y las instituciones comunitarias, basada en la participación activa de las personas afectadas. Esta colaboración deberá incluir plataformas donde tanto jóvenes como mayores puedan expresar sus preocupaciones y contribuir a la toma de decisiones. Esta participación fortalecerá el sentimiento de pertenencia comunitario y la responsabilidad colectiva, claves para construir una sociedad más inclusiva y resiliente. 

La tragedia de las inundaciones en l’Horta Sud ofrece una oportunidad para transformar la adversidad en un renacimiento comunitario. Fomentar la solidaridad intergeneracional y valorar la participación activa de todas las edades no solo facilita la recuperación Física y emocional de la comunidad, sino que también refuerza el tejido social y la cohesión.  A través de la cooperación entre generaciones, l’Horta Sud puede emerger como un ejemplo de cómo la solidaridad y el trabajo conjunto transformaron la crisis en oportunidades para crear un futuro compartido, más fuerte y unido.

Dra. Sacramento Pinazo-Hernandis, presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología y de la Comisión de Soledad no Deseada de la PMP

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