de ,

“Hay que trabajar para dar a conocer las situaciones de vulnerabilidad, proponer respuestas concretas para evitar la discriminación y asegurar derechos y dignidad”

Fuente: Revista Autonomía Personal

Ángel Rodríguez Castedo.

Ángel Rodríguez Castedo, presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas

¿Qué podemos hacer para proteger a nuestros mayores? Los mayores se encuentran a veces en situaciones de pobreza, soledad, viudedad, etc… Edadismo o discriminación por razón de edad son palabras claves que los hacen vulnerables dentro de nuestra sociedad. Pero ¿por qué ocurre esto si ellos están contribuyendo a construir una sociedad mejor? Y este punto tiene mucho que decir Ángel Rodríguez Castedo, presidente de la PMP. En esta entidad se han unido diversas asociaciones para que las aportaciones de este colectivo lleguen a las administraciones y a todos los agentes y organizaciones sociales.

Desde la PMP entienden que la realización de los derechos de las personas mayores y la mejora de su calidad de vida requiere avances importantes en una serie de temas que constituyen las prioridades de la Plataforma. Estas son: las pensiones, el desarrollo pleno de la Lapad y de los cuidados, la sanidad y su coordinación real con los servicios de cuidados, el desarrollo y consolidación de una sociedad con personas activas y saludables, velar por su protección jurídica y combatir el edadismo y la discriminación, abordar de una vez el drama de la soledad no deseada y, por último, mirar a la UE y pedir a nuestros responsables políticos y económicos que coloquen en su agenda como tema prioritario el alcanzar, en un plazo razonable, los porcentajes medios de su PIB en ingresos y en gastos con la media comunitaria. Dado que España es la 4ª economía de la UE, éstos deberían estar por encima de esa media y más cerca de los países más desarrollados, distribuyendo así más equitativamente los beneficios del crecimiento.

Dado que la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), nace como un proceso de confluencia de las Organizaciones, Federaciones y Confederaciones de Mayores y Pensionistas más importantes de nuestro país que representan a más de 15.000 Asociaciones y a más de 5,7 millones de socios y es un proceso muy parecido al realizado hace años por las organizaciones de personas con discapacidad que dio lugar al Cermi, la labor que habría que destacar sería la de:

● vertebrar el movimiento asociativo de mayores con el fin de facilitar la interlocución y de desarrollar un necesario diálogo civil con los poderes públicos y las diversas organizaciones sociales.

● Ser una voz creíble de las personas mayores que traslade a los agentes públicos y privados y al conjunto de la ciudadanía sus verdaderas preocupaciones y necesidades.

● Establecer, en el marco de la acción del Gobierno, una vía de contacto permanente, que permita que sea consultada y escuchada en las decisiones y políticas que afecten a los intereses y necesidades de las personas mayores y los pensionistas, logrando así que todas esas políticas y actuaciones no se planifiquen ni se hagan sin los mayores y los pensionistas.

¿Qué papel juegan las Personas Mayores en la construcción de una sociedad mejor?

Las personas mayores somos muchas y muy diversas, por lo que podemos contribuir a mejorar la sociedad desde muy diversos ámbitos: comunitario, familiar, empresarial, asociativo, político, económico, cultural, y muchas formas de voluntariado.

En la Plataforma de Mayores y Pensionistas nos hemos unido diversas asociaciones y entidades para trabajar juntos en esta mejora de la sociedad, haciendo que nuestras aportaciones lleguen a las administraciones y a todos los agentes y organizaciones sociales. Queremos estar presentes en los procesos de toma de decisiones de manera significativa y colaborativa.

La participación de las personas mayores como parte importante de la sociedad civil es un factor clave para un encuentro necesario y enriquecedor con los responsables políticos, las distintas administraciones, los agentes sociales y las diversas organizaciones sociales, con el fin de lograr una sociedad de valores, inclusiva, innovadora y sostenible, en la que ninguna persona quede atrás. Ello implica estar presentes, participar activamente y ofrecer colaboración útil en la definición, formulación, diseño, implementación, seguimiento y evaluación de las políticas y programas que atañen a las personas mayores y al conjunto de la sociedad, favoreciendo la efectividad, calidad y sostenibilidad de las mejoras sociales.

Desprotección y ejercicio de derechos

Se habla de desprotección y desamparo de las Personas Mayores, ¿con qué mecanismos se podría solventar este aspecto?

Los riesgos que llevan a la desprotección son muy diversos. Podemos de entre ellos señalar la invisibilidad de situaciones críticas como la pobreza, la soledad, la viudedad, el entorno rural… También son factores a señalar el edadismo o discriminación por edad y la falta de recursos o el desconocimiento de cómo acceder a ellos. Muchas veces unos factores de vulnerabilidad se suman a otros, como la feminización de la pobreza, la falta de recursos en zonas rurales para personas mayores y con discapacidad mayores… y muchas otras situaciones críticas a las que hay que dar respuesta.

Por ello, hay que trabajar para dar a conocer las situaciones de vulnerabilidad, proponer respuestas concretas para evitar la discriminación y asegurar derechos y dignidad, contando con los recursos suficientes y cercanos a la persona para que su proceso de envejecimiento le permita llevar una vida plena, significativa y participativa. En estas tareas debemos estar comprometidas todas las personas en beneficio de presentes y futuras generaciones.

El no conocer o no poder ejercitar derechos es un hándicap para los mayores. ¿Cómo se puede solucionar este tema?

Conocer los derechos es la mejor manera de protegerlos y hacerlos efectivos. Sin duda, los derechos que no se defienden, se terminan perdiendo. El conocimiento y defensa de los derechos y el cumplimiento de deberes exige una responsabilidad de las personas y la sociedad en su conjunto. Es fundamental saber lo que implican nuestros derechos, lo que podemos y no podemos (o no debemos) hacer, saber que pueden y que no pueden hacer por nosotros los demás.

Las asociaciones de personas mayores jugamos un papel importante en velar por el cumplimiento y conocimiento de derechos y obligaciones, por prevenir y evitar discriminaciones y denunciarlas cuando existan, teniendo muy en cuenta factores de riesgo por situaciones de vulnerabilidad. Pero para ello necesitamos el compromiso firme de la sociedad en su conjunto, y muy especialmente de aquellos estamentos con mayores responsabilidades.

Hay que insistir en la heterogeneidad cuando hablamos de las personas mayores, y velar por el pleno disfrute de los derechos no solo de las personas mayores sino también de las personas con discapacidad mayores y personas mayores con discapacidad adquirida en el proceso de envejecimiento, y de aquellas en situaciones de demencias u otras circunstancias que requieren cuidados específicos de larga duración.

Soledad no deseada

En relación con la soledad no deseada, ¿qué pasos pueden darse desde las Administraciones Públicas?

La soledad no deseada, es uno de los factores que más afecta a la felicidad y al bienestar. Llega a afectar, según estudios realizados, al bienestar de las personas más que la propia salud física. Contra el dolor hay pastillas, contra el sufrimiento no las hay.

Las organizaciones que componen esta Plataforma han hecho de la lucha contra esta soledad no deseada uno de sus objetivos prioritarios. Por ello, desde la Plataforma consideramos urgente que el Gobierno de España y de las Comunidades Autónomas elaboren y pongan en marcha una Estrategia para prevenir y combatir la soledad no deseada. Queremos apoyar, ofrecer nuestra colaboración y trabajar con el Imserso y con las administraciones públicas porque creemos que ellas han de ser las que lideren el proceso implicando en esa tarea a toda la población.

A este respecto, se ha de apoyar la labor de los Ayuntamientos, y financiar aquellos proyectos locales que funcionan. Los Ayuntamientos son esenciales porque de ellos dependen muchos de los servicios de proximidad.

Cada persona vive su proceso de envejecimiento de manera única, el sentimiento de soledad no deseada es distinto en cada persona y varía según los momentos de su vida. Si lo analizamos en su conjunto supone un problema y un reto global que, aunque afecta a otros grupos de edad, es especialmente significativo en mujeres y hombres mayores.

Desde los primeros pasos de la Plataforma de Mayores y Pensionistas pusimos en marcha la Comisión de Soledad No Deseada, y formamos parte del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, Soledad ES, junto con la ONCE las Plataformas de Tercer Sector y del Voluntariado, la Federación de Municipios y Provincias y otros organismos relevantes. Pensamos que, dada la gravedad de esta realidad, y sus repercusiones negativas en la vida de las personas y de la sociedad, sería muy necesaria una Estrategia Estatal, como señalaba antes, para trabajar de manera transversal, con recursos y planes de acción, que suponga un apoyo y colaboración con las comunidades y entidades locales, implicando a toda la población: iniciativas sociales, voluntariado, universidades, agentes sociales y medios de comunicación.

Deberíamos insistir más en los factores preventivos que implican el envejecimiento activo y participativo, los entornos amigables cercanos a las personas, el valor de las relaciones vecinales intergeneracionales, y la utilización proactiva de los recursos comunitarios.

Mayores y “brecha digital”

Recientemente se ha celebrado la jornada “Mayores y brecha digital”, que ha abordado este problema que está afectando a miles de personas mayores y personas con discapacidad. ¿Qué instrumentos se tendrían que poner en marcha desde el ámbito público y privado para paliarla?

Conseguir maximizar las ventajas y minimizar los riesgos de una sociedad cada vez más rápidamente digitalizada, es algo que abordamos en la Jornada que mencionas y en el trabajo diario desde la Plataforma de Mayores y Pensionistas. Para este reto global necesitamos contar, como así hicimos en la Jornada, con las empresas tecnológicas y las que prestan servicios a los ciudadanos (entidades bancarias, empresas de servicios de luz, gas…. y las propias administraciones públicas como prestadoras de servicios), los medios de comunicación, los responsables políticos y la sociedad en su conjunto.

Las personas mayores vivimos en la sociedad digital, la era digital también es nuestra era. Pero los derechos y dignidad de las personas mayores no desaparecen por vivir en esta sociedad digital. Dado el avance de este proceso, acelerado tras el Covid, que abarca todos los ámbitos de la vida podemos afirmar que la exclusión digital supone exclusión para la vida. A medida que crece esta brecha, crece el desamparo y la indignación de las personas mayores, se intensifica su exclusión, su sensación de abandono y de inutilidad, y ello supone maltrato, edadismo y vulneración de derechos.

Desde la Plataforma de Mayores y Pensionistas consideramos que para evitar la brecha digital tenemos que asegurar: 1) La plena accesibilidad, usabilidad y utilidad de los sistemas digitales; 2) Exigir alternativas no digitales para aquellas personas que lo requieran y 3) Aprendizaje y apoyo para tener confianza en nuestras capacidades desde una formación centrada en la persona.

¿Considera que la digitalización es mala para las personas mayores?

Hemos pasado del “vuelva usted mañana” de Larra a “apáñeselas como pueda con el móvil” o al tan repetido “esto se hace por interné”.

Todo es por internet y hay mucha gente (cuanto más mayor, peor) que no se entienden bien con las tecnologías y muchas de ellas no tienen a nadie que les eche una mano. No se puede permitir esta situación.

La Plataforma está llevando a cabo en los últimos meses, ante la creciente y brusca digitalización de diversos servicios esenciales privados y públicos, numerosas reuniones con las patronales bancarias, con AAPP y con empresas que prestan servicios esenciales a los ciudadanos, con el objetivo de hacer valer los derechos de las personas mayores y del conjunto de los ciudadanos que sufren la brecha digital. Insistiendo en la garantía de una atención presencial en las entidades bancarias y oficinas de las AAPP acompañada de una atención telefónica humana, no robotizada.

Las entidades financieras, las grandes empresas y determinados servicios de las AAPP se están convirtiendo en territorio hostil para gran parte de sus clientes especialmente los de edad más avanzada. Se agranda la brecha digital y aumenta la sensación de inseguridad y desamparo entre millones de ciudadanos. Crece la indignación y la sensación de impotencia.

Ante estas realidades, se hace necesario el diseño y la aprobación de marcos normativos que protejan los derechos de las personas mayores respecto al acceso a los servicios bancarios que no olvidemos son unos servicios esenciales, unos servicios públicos. La PMP va a mostrarse muy activa en este tema e instará al Gobierno y a los grupos parlamentarios a trabajar en un marco legislativo que ayude a acabar con la exclusión financiera de determinados colectivos que, por su especial vulnerabilidad, deben de ser adecuadamente protegidos.

No dejar a nadie atrás, esa es la máxima que debemos de perseguir. Que el avance tecnológico y digital no sea un retroceso en garantías y derechos para toda la ciudadanía, especialmente para los colectivos más vulnerables

¿Cómo se protegería a las personas mayores de esta brecha? Es evidente que algo no va bien y que deben adoptarse medidas. ¿Por dónde empezar?

En primer lugar, las entidades financieras y las grandes empresas de servicios deben cambiar sus estrategias, planes de negocio y forma de relacionarse con los ciudadanos. Los bancos deben ser capaces de recomponer la confianza perdida adoptando medidas concretas que den respuesta a reivindicaciones de millones de españoles que son de sentido común.

En segundo lugar, gobiernos y parlamentos (no solo el estatal) y otras instituciones públicas (desde el Banco de España a organismos reguladores de la competencia, pasando por defensores de los ciudadanos) deben hacer su trabajo y ocuparse de esta situación que tanto desasosiego y malestar genera. Deben demostrar con hechos que se han puesto del lado de los ciudadanos.

Los ayuntamientos como administraciones más cercanas deberían poner a disposición de los ciudadanos, previos acuerdos con las entidades financieras, las grandes empresas prestadoras de servicios esenciales y las administraciones de la seguridad social, sanidad, servicios sociales, programas de formación y crear oficinas de consulta con profesionales ad hoc. Se trata de ampliar servicios y adaptarlos, no eliminarlos.

Finalmente, la PMP y otras organizaciones sociales debemos comprometernos en la realización de programas de formación, vía acuerdos con las entidades citadas anteriormente e impulsar estrategias de reivindicación de nuestros derechos como ciudadanos en defensa de un modelo de banca y de comunicación de las grandes empresas proveedoras de servicios y de las propias administraciones públicas, próximo y amigable.

Mujeres mayores

Partiendo del lema de este año elegido por la ONU para conmemorar el Día Mundial de las Personas Mayores: La resiliencia y la contribución de las mujeres mayores, que se celebró el 1 de octubre, ¿cómo va a compensar la sociedad a las mujeres mayores tras una larga vida dedicada al cuidado?

Entendemos como resiliencia la capacidad que tenemos para enfrentarnos y recuperarnos frente a la adversidad y para seguir proyectando el futuro. Las mujeres mayores viven más años que los hombres, pero en circunstancias de mayor vulnerabilidad. A lo largo del tiempo las mujeres han desarrollado roles que han supuesto desventajas: peores situaciones económicas, laborales, formativas, culturales, lo que les afecta gravemente al llegar al envejecimiento y encontrarse en una situación de mayor desprotección que los hombres derivada de sus menores cotizaciones a la seguridad social. Las mujeres mayores han contribuido de manera generosa, valiente y resiliente a mejorar la sociedad, haciéndose cargo en solitario de cuidados familiares y comunitarios y no pueden ser penalizadas por ello, sino que su aportación debe ser justamente reconocida, compensada, visibilizada y valorada.

Tenemos que considerar el cuidado como una actitud humana que nos incluye a todas las personas, la vulnerabilidad es una condición del ser humano que se ve también influenciada por el entorno y las condiciones de vida. Los cuidados deben ser compartidos y contar con los suficientes recursos de tal manera que no supongan una carga física, emocional y social que perjudique la salud y bienestar e impida un envejecimiento activo, saludable y motivante según las características y plan de vida de cada persona.

¿Desea añadir algo de interés para nuestra publicación?

Tal vez señalar algo sobre el fenómeno del envejecimiento y la longevidad. Creo que todos compartimos que el aumento de la longevidad es uno de los mayores logros de la humanidad y constituye un triunfo del desarrollo. La sociedad necesita adaptarse y dar respuestas a esta realidad y la opinión de las personas mayores ha de consultarse permanentemente.

Al Cambio Demográfico, en cuyo centro está el envejecimiento de la población, hay que colocarlo, como se hace con el Cambio Climático, en el centro de todas las agendas y hacer de ello un nuevo campo de desarrollo económico, de creación de empleo y de calidad de vida. Se trata de salvar al planeta, pero también a los seres humanos que lo habitan.

Los datos son conocidos y son contundentes. Ante estas cifras, es obvio que el envejecimiento, la longevidad de la población en sus distintas variables, es un fenómeno que hay que abordar cuanto antes y nosotros, los mayores, tenemos que estar ahí.

Desearía, finalmente, agradeceros este espacio en las Revistas y felicitaros por vuestra contribución a ofrecer una mirada sobre las personas mayores diversa, digna y basada en derechos, dando a conocer su propia voz, así como ofreceros toda colaboración desde la Plataforma de Mayores y Pensionistas.