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La PMP reclama más recursos para la salud mental destinados a la prevención desde la infancia y la atención a las personas mayores

Fuente: Plataforma de Mayores y Pensionistas

Una mujer mayor mira a través de una ventana.

Insta a emprender políticas públicas cuyo objetivo sea el bienestar de las personas, los hogares y las familias

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora el 10 de octubre, La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) ha reclamado una mayor dotación de recursos para la atención a la salud mental en el Sistema Nacional de Salud, dando prioridad principalmente a la prevención durante la infancia y adolescencia, destacando la preocupación de las personas mayores por la salud de hijos/as, nietos/as y por las generaciones futuras desde la etapa infantojuvenil, en general. Igualmente, la PMP hace una llamada para normalizar socialmente los problemas de salud mental evitando cualquier discriminación o estigma de las personas que los sufren.

El presidente de la Comisión de Sanidad de la PMP, Dr. José Manuel Freire, ha manifestado que el Sistema Nacional de Salud continúa infradotado en recursos para la salud mental en casi todas las Comunidades Autónomas, y que es necesario incrementar sobre todo los recursos para la atención comunitaria a los problemas de salud mental.

En este sentido, Freire ha destacado que la salud mental “supone una enorme carga de enfermedad y también económica” para un país y, para aliviarla, deben emprenderse políticas públicas cuyo objetivo sea el bienestar de las personas, los hogares y las familias, dado que “una sociedad con bienestar, sin pobreza ni desigualdades es una sociedad más sana y feliz”.

Al mismo tiempo, la PMP ha agregado que esa mayor dotación de recursos debe destinarse también a la atención de las personas mayores y con discapacidad más vulnerables, que precisan de una asistencia a largo plazo debido a que están más expuestas a factores de riesgo como la dependencia, la fragilidad o el dolor crónico, entre otros. Además de circunstancias vinculadas al ciclo vital como la muerte de un ser querido o el descenso del nivel socioeconómico como consecuencia de la jubilación. Todos estos factores pueden ocasionar, pérdida de la independencia, soledad no deseada y angustia.

En definitiva, la PMP ha recalcado que la salud mental de la población infantojuvenil y de la población mayor depende de acciones políticas que potencien estrategias dirigidas al bienestar emocional, a la detección precoz de los trastornos y a la creación y mantenimiento de los recursos asistenciales comunitarios necesarios y con dotación suficiente de profesionales. Debe garantizarse una trayectoria asistencial coordinada a lo largo de la vida a través de servicios accesibles, de calidad y con equidad para todos y todas. Solo así podremos abordar mejor los problemas de salud mental desde la infancia y lograr una sociedad más justa y saludable para todas las edades.