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La PMP denuncia el edadismo como un “maltrato cotidiano y estructural” y llama a un “pacto intergeneracional” para erradicarlo
Fuente: Plataforma de Mayores y Pensionistas

Durante un diálogo celebrado en la agencia de noticias Servimedia
La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) ha denunciado el edadismo como una forma de “maltrato cotidiano y estructural” y ha llamado a un “pacto intergeneracional” para erradicarlo. Lo ha hecho durante el diálogo que ha celebrado junto a la agencia de noticias Servimedia bajo el título ‘Edadismo: Desterrando prejuicios con enfoque intergeneracional’.
El encuentro, retransmitido en directo desde el estudio de Servimedia ha contado con la participación de Jesús Norberto Fernández, presidente de la PMP; Margarita Guerrero, directora general del Instituto de la Juventud (INJUVE); Beatriz Carrillo, directora general para la Igualdad de Trato y no Discriminación y contra el Racismo (Ministerio de Igualdad); e Isabel Martínez, presidenta de HelpAge International España.
Jesús Norberto Fernández, presidente de la PMP, ha abierto el diálogo señalando el edadismo como una forma de “maltrato cotidiano y estructural”, siendo “absolutamente crucial” su abordaje y visibilización, dado que atenta sobre “la dignidad, la libertad, la igualdad de oportunidades y la calidad de vida”, no solo de las personas mayores, sino también de las personas jóvenes. En este sentido, ha propuesto un “pacto intergeneracional” que permita construir una verdadera sociedad para todas las edades.
Asimismo, Fernández ha desglosado la necesidad de acometer medidas en los ámbitos institucional (ante la ausencia de una legislación adecuada que visibilice y reconozca, protegiendo y penalizando prácticas discriminatorias), interpersonal (en el ámbito de las relaciones sociales donde se producen los microedadismos) e individual (evitando la interiorización y normalización de esta discriminación, que limita la actividad y la participación social).
Igualmente, Fernández ha trasladado que, a lo largo de la historia, el respeto hacia las personas mayores ha ido decayendo, especialmente desde la revolución industrial, generando mitos de “falta de productividad” o “desfase”. En este sentido, ha criticado que los medios de comunicación a menudo contribuyen a profundizar en el estereotipo de las personas mayores como “vulnerables” o “frágiles”, en lugar de reflejar su “contribución social”, además de sus significativas aportaciones socioeconómicas.
En cuanto a las soluciones, Fernández ha enfatizado la necesidad de desarrollar y promover una legislación positiva, celebrando en este sentido la aprobación y puesta en marcha de la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y no Discriminación. Sin embargo, ha subrayado que, a pesar de los avances, queda aún un largo recorrido en la promoción de la igualdad de trato y la no discriminación. Como ejemplos, ha mencionado que España e Italia son los países que más discriminan en el ámbito laboral por razón de edad, una discriminación sigue un patrón en forma de “U”, en cuyos dos extremos se encuentran tanto personas jóvenes sin experiencia, como personas mayores consideradas “caducadas” o “desfasadas”.
También ha alertado sobre la discriminación sanitaria (falta de formación, infravaloración del paciente mayor) y en el ámbito de los servicios sociales (demoras de 340 días en el reconocimiento de prestaciones de dependencia), calificándolas como prácticas de “discriminación institucional”. Ha concluido resaltando la urgencia de educar a las nuevas generaciones desde la escuela y formar a los y las profesionales, para combatir esta terrible “lacra social” que afecta a una de cada tres personas, y que es normalmente silenciada.
Respecto a Margarita Guerrero, ha reafirmado que el edadismo no es exclusivo de la población de más edad, sino que también se produce entre las personas jóvenes, donde las etapas “preproductivas” (niñez y adolescencia) y “posproductivas” son devaluadas. En estos términos ha realizado una reflexión sobre el urbanismo desde una mirada crítica bajo el enfoque feminista e inclusivo, señalando igualmente cómo las ciudades han sido diseñadas para la producción y no para la vida, recordando que, aunque nuestro ordenamiento jurídico no permite ningún tipo de discriminación, existen una serie de condicionantes sociales que limitan el ejercicio efectivo de nuestros derechos.
Por otro lado, Guerrero también ha insistido en que la solución a esta inequidad pasa por la construcción de un “nuevo pacto intergeneracional” que restituya estas desigualdades que erosionan nuestra democracia, desde una mirada corresponsable, empática y libre de prejuicios. Ha descartado la “falsa dicotomía” que confronta a personas jóvenes con precariedad y personas mayores con buenas pensiones, defendiendo que “las generaciones jóvenes no quieren que nuestros abuelos y nuestras abuelas tengan peores pensiones”. Además, ha destacado el rol de las personas mayores en sostener a las familias durante las crisis y su lucha por la democracia.
Finalmente, ha abogado por construir una “sociedad de los buenos tratos”, donde se fomente la empatía y se reconozcan los prejuicios sin activar mecanismos defensivos, actuando antes de que estos menoscaben derechos o deriven en discursos de odio o agresiones físicas.
Por su parte, Beatriz Carrillo ha resaltado que el edadismo es una “prioridad” en las políticas públicas del Gobierno de España. Puso en valor la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación (2022), que en su preámbulo reconoce la necesidad de combatir el edadismo, así como la reciente aprobación de la Autoridad Independiente. Asimismo, ha reseñado que el edadismo está “tan extendido como el machismo o el racismo”, pero su principal diferencia es que está “muy aceptado” y “naturalizado” socialmente, a menudo sin que seamos conscientes de ello.
Carrillo ha admitido que, aunque el proceso de implementación de la Autoridad Independiente ha sido lento, supone un “gran avance” que abordará los motivos de discriminación con un “enfoque interseccional” y transversal, investigando, cuantificando y persiguiendo judicialmente estas prácticas. Igualmente, ha instado a las comunidades autónomas a apoyar la Estrategia de Igualdad y No Discriminación, que se debatirá en la Conferencia Sectorial, como parte de un “paquete de igualdad” del que España debe sentirse “orgullosa” como país “referente” a nivel internacional.
Por otra parte, Carrillo ha subrayado la necesidad de que el derecho antidiscriminatorio forme parte de la “agenda mediática”, para que la sociedad tome conciencia de sus derechos y se combata la “infradenuncia”, ya que el 80% de las víctimas de discriminación no denuncian.
La presidenta de HelpAge International España, Isabel Martínez ha comenzado su intervención con un dato contundente de la OMS: “una de cada dos personas en el mundo somos edadistas, a menudo de forma inconsciente”. Para ella, es fundamental “colocar el edadismo en la agenda política”, ya que hasta hace dos años ni siquiera la RAE lo incorporaba como un fenómeno identificable. Ha recordado que “la edad es una circunstancia que nos vamos encontrando a lo largo de la vida y tenemos que conseguir que la edad no sea un elemento que haga que tengamos menos oportunidades”.
Martínez también ha enfatizado sobre la necesidad de que la ciudadanía conozca la Ley de Igualdad de Trato y la Autoridad Independiente para poder actuar frente a comportamientos discriminatorios, como despidos por edad o negación de intervenciones médicas. Igualmente, ha abogado por lanzar “muchísimas campañas de información, de concienciación, de sensibilización”, porque “si no sensibilizamos, ni concienciamos, no actuamos”.
De igual manera, ha animado a revisar nuestro lenguaje cotidiano para evitar la reproducción de actitudes y estereotipos edadistas poniendo ejemplos donde se produce una discriminación interseccional, como la “terrible” presión que sufren las mujeres, juzgadas por su apariencia física y perdiendo “validez” con la edad, a diferencia de los hombres.
Por último, Martínez ha cerrado su intervención con otro mensaje tajante: “el edadismo mata”, ya que se traduce en menos salud física y emocional, menos derechos y menos oportunidades.
Como conclusión, todos los ponentes han coincidido en la necesidad de trabajar unidos (medios de comunicación, organizaciones sociales e instituciones) para destruir la idea de que ser mayor es un factor negativo. Han considerado como fundamental cambiar el relato, poner en valor a las personas mayores y fortalecer un pacto intergeneracional, donde la vejez y la juventud sean percibidas como etapas vitales, libres de estereotipos y estigmas.
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