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La jornada inaugural del VIII Encuentro Economía Sénior analiza los retos de la nueva longevidad

Fuente: CaixaBank

Un instante de la jornada inaugural del encuentro

Aborda las futuras implicaciones desde las perspectivas económica, social y política

Desde hace ocho años, el Encuentro Economía Sénior ha servido como un observatorio constante sobre el fenómeno del envejecimiento de la población. En la jornada inaugural de su octava edición, celebrada recientemente, buscó ampliar la mirada, incorporando no solo la perspectiva de las personas mayores, sino también la de los jóvenes, la Administración y diversos expertos.

Visión desde el sector financiero

La jornada comenzó con la intervención de Javier Valle, director general de VidaCaixa, quien subrayó la necesidad de adaptar las “recetas” del pasado, basadas en una sociedad con menor esperanza de vida, a la realidad actual donde la gente vive más y con roles familiares y sociales radicalmente distintos.

Asimismo, Valle señaló que el envejecimiento debe verse no como un problema, sino como un fenómeno o una realidad, e incluso como una oportunidad. En este sentido, mencionó el proyecto ‘Generación Más’ de CaixaBank, un ecosistema de servicios (gestión de dependencia, cuidados, movilidad reducida) y productos financieros (rentas vitalicias, fondos de inversión, liquidación patrimonial) diseñado para poner a las personas mayores “en el centro”.

Igualmente, añadió que, a nivel macro, la liquidación patrimonial (dada la alta presencia inmobiliaria en España) será una vía clave para financiar las necesidades futuras. Un dato interesante aportado por Valle fue que los ciudadanos españoles tienden a minusvalorar su esperanza de vida real, según un estudio de la Jennifer Association.

La perspectiva gubernamental

Posteriormente, intervino la ministra de Inclusión Social, Seguridad Social y Migraciones, Elma Sainz, quien ofreció una “buena noticia” inicial: el sistema de pensiones español es sostenible. Defendió que la “buena política” plasmada en el Pacto de Toledo, cuyo germen data de hace 30 años, ha permitido llegar a esta situación gracias al consenso y la responsabilidad. Aseguró que países europeos con “grandes economías como Alemania o Luxemburgo” preguntan a España cómo se ha logrado esta reforma que da “certidumbres a los pensionistas de hoy y también a los de mañana”.

Por otro lado, Sainz reconoció los retos del modelo, especialmente frente a la jubilación de la generación del baby boom. Se estima que cuatro millones de personas se jubilarán en los próximos 10 años. Sin embargo, puntualizó que el compromiso claro con el gasto en pensiones implica una serie de cuestiones:

  • Garantizar por ley la revalorización de las pensiones conforme al IPC.
  • Revalorizar las pensiones mínimas, ingreso mínimo vital y pensiones de viudedad (mayoritariamente percibidas por mujeres) por encima del IPC.
  • Reforzar los ingresos del sistema, apoyándose en las “importantes cifras del mercado laboral” y el incremento de las bases de cotización.
  • La cotización de los autónomos por ingresos reales.
  • El despliegue del mecanismo de equidad intergeneracional.
  • La recuperación del Fondo de Reserva de la Seguridad Social.

La ministra enfatizó que el sistema ha pasado con éxito exámenes de autoridades independientes como la AIReF y la Comisión Europea y, sobre la empleabilidad sénior, indicó que la edad media de jubilación en España está “un poquito por encima de los 65 años”, superior a la media europea (61 años). Destacó también la modificación de la jubilación flexible y el dato de que las jubilaciones demoradas ya representan un 11% de las nuevas altas. Subrayó que el talento sénior es una "oportunidad económica" y que la prolongación de la vida laboral debe ser siempre "desde la voluntariedad y no por una insuficiencia de pensión".

La ministra también abordó cuestiones planteadas sobre la fiscalidad de planes de pensiones privados o herencias, defendiendo el papel protector del sistema público. Finalmente, destacó la importancia de la migración para fortalecer el mercado laboral y la reciente entrada en vigor del Reglamento de Extranjería, que prevé regularizar la situación de hasta 1 millón de personas en los próximos 3 años.

La heterogeneidad de la vejez

A continuación, un panel de expertos profundizó en la realidad del envejecimiento. Javier Yanguas, director científico del programa de mayores de Fundación La Caixa, se centró en la llegada a la vejez de la generación del baby boom (nacidos entre 1957 y 1973), un colectivo de 14 millones de personas con características distintivas. Son generaciones muy formadas, con mujeres más independientes económicamente y estilos de vida diferentes a sus padres. Sus principales rasgos incluyen:

  • Priorización del proyecto personal y equilibrio con la familia.
  • Ruptura del “pacto de cuidados” tradicional: no quieren transferir el cuidado a sus hijos y un porcentaje significativo no tendrá a nadie para cuidarles.
  • Mayor enfoque en el autocuidado que en el cuidado de otros.
  • Diversidad económica y de salud.
  • El reto de tener una vida plena y con sentido en los 20-30 años postjubilación.
  • Fragilidad relacional y miedo a la soledad.

Por su parte, José Luis Fernández, presidente de CEOMA y vicepresidente de la PMP, reivindicó la necesidad de escuchar más la voz de los mayores. Señaló la dificultad para los ya jubilados de reincorporarse al mercado laboral, un aspecto que considera pendiente. Alertó sobre la realidad económica de muchos pensionistas: casi el 60% de las pensiones están por debajo del salario mínimo interprofesional. Insistió en la heterogeneidad de la población mayor según la edad y sus circunstancias. Señaló que muchas personas mayores “estamos estupendamente bien” y son “personas que dan mucho a esta sociedad, no son simplemente receptoras de beneficencia”. Además, presentó la propuesta de CEOMA para crear un Estatuto de las Personas Mayores que recoja sus derechos y obligaciones de manera transversal.

Ester Camacho, representante de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) se refirió a la biología del envejecimiento (epigenética), tratamientos clínicos avanzados y los factores protectores (nutrición, ejercicio, prevención, vacunas). Abordó la fragilidad desde una doble perspectiva: médica y psicológica, ligada a la pérdida de roles (profesionales) y la ruptura de vínculos, que obliga a crear nuevas relaciones. Destacó la necesidad de una atención personalizada que permita a los mayores tomar decisiones sobre su proyecto vital. En cuanto a la tecnología, la ve como una ayuda valiosa, pero que requiere cautela, ética, base científica y, sobre todo, usarla “para lo humano”.

En esta mesa de debate también se habló de la soledad como un desafío social, no solo de salud, y de la transición hacia relaciones más individualistas, señalando que las sociedades envejecidas aún no se han transformado para hacerse cargo de esta nueva realidad. Se reconoció que, si bien se han perdido aspectos comunitarios del pasado, también se han ganado libertades y capacidades de decisión.

La voz de los jóvenes

Por primera vez, el encuentro dio voz a los jóvenes, representados por Miguel Ángel Sastre (diputado del PP), Víctor Camino (diputado del PSOE) e Iñaki Ortega (investigador). Ortega resaltó uno de los aspectos del cambio demográfico: hoy hay más personas mayores de 55 años trabajando que jóvenes menores de 30, lo cual genera incomprensión.

Sastre mencionó el trabajo en el Congreso de los Diputados sobre los retos juveniles y el relevo generacional en profesiones esenciales. Identificó el pesimismo juvenil sobre las pensiones y el plano afectivo/moral de las relaciones intergeneracionales. Ve una oportunidad en combinar la experiencia sénior con la aportación juvenil.

Camino ofreció una visión optimista del futuro para los jóvenes en España, basándose en la mejora de indicadores como el empleo juvenil, la reducción del abandono escolar y el incremento de bases de cotización. Abogó por políticas que faciliten el teletrabajo y la digitalización en el mundo rural.

Ambos diputados alertaron sobre el riesgo de enfrentamiento generacional, a menudo “azuzado por sectores mediáticos” y basado en “mitos o fake news” como que las personas mayores “quitan el trabajo” a los jóvenes, lo cual ha sido desmentido por datos europeos, o que están “obsoletas”, cuando los séniors españoles son de los más formados tecnológicamente en Europa. Ortega enfatizó que todos estos mitos “ayudan a generar ese enfrentamiento”.

La Visión de Futuro: España 2050

Finalmente, José Fernández Albertos, secretario general de Política Nacional de la Presidencia del Gobierno, compartió la labor de la Oficina de Prospectiva y Estrategia, que realiza un ejercicio de reflexión a 25 años vista. El objetivo es identificar las grandes tendencias estructurales (demografía, economía, tecnología) y anticipar los retos (dependencia, pensiones, sanidad) para preparar políticas públicas. Reconoció que, aunque es difícil predecir con exactitud el futuro, se pueden interpolar fuerzas estructurales (demográficas, migratorias) que “va a costar mucho corregir”.

La vejez del 2050 se caracterizará por una mayor esperanza de vida, mayor heterogeneidad en la participación (económica, social, política) y un aumento de las brechas intergeneracionales. Los estados deberán pasar de modelos rígidos a otros más flexibles que se adapten a “carreras vitales laborales económicas… mucho más ricas mucho más heterogéneas”. Destacó que estos cambios ya se están observando, como el aumento del doble en la participación laboral de mayores de 65 años en los últimos 6 años. Reiteró la complementariedad del empleo sénior y joven, refutando la idea de sustitución: los países con más participación sénior también tienen más participación joven.

Albertos reconoció la “tensión presupuestaria” futura por el aumento del gasto asociado al envejecimiento, pero contrapuso que una sociedad más envejecida naturalmente querrá dedicar más recursos a sus mayores. Asimismo, una mayor participación de los sénior en la actividad económica puede ser beneficiosa para la sostenibilidad de las cuentas públicas. La labor de prospectiva busca dibujar escenarios para orientar políticas futuras, siempre con prudencia. La coordinación con Europa es bienvenida para identificar retos, pero las soluciones deben adaptarse a la realidad local. El mensaje final del Gobierno es combatir el pesimismo con datos y poner en valor las oportunidades que España tiene para afrontar estos retos.